Cuando te miro, admiro tu
grandeza.
Tu belleza proviene de estas raíces profundas que paso a paso, la
vida fue creando a través de ti.
Cada tempestad te ha fortalecido porque
supiste aprovechar sabiamente cada gota de
lluvia que el universo te ha ofrecido. Sencillamente aceptaste tu destino, te
rendiste a la vida sin preguntarte ¿por qué?, sabiendo que tú eres tu destino.
Todo empiezo en la oscuridad de la tierra. Tú paso como semilla ha sido
necesaria y con valentía has sabido reconocer en ti esta transformación, dejar
que ocurra y crecer hacia la luz.
Gracias por permitirme crecer a
tu lado, por Ser y Estar. Por hacerme de espejo y recordarme que lo que veo en ti está en mi y lo que ves en mi
esta en ti. Que lo que hay en Nosotros esta en cada Ser humano.
La luz que nos une a todos, es la que nos
alimenta para reconocer el bosque de la
humanidad y crecer todos libremente, los unos al lado de los otros desde el
Amor Incondicional.